lunes, 30 de mayo de 2011

ram·2 Filamentos

En un segundo, mi encumbrado Jonas Kaufmann, se vino abajo. Había deseado con fervor verle cantar Siegmud cuando, en pleno Wintersturme, le cayó una viscosa baba desde el labio inferior hasta el más profundo abismo. Me acordé de un chico que malsufre mixofobia (miedo a lo gelatinoso). Esta manía suele ir acompañada de la vermifobia (gusanos), o sea, al asco profundo que producen seres que se contraen y dilatan, cual acordeones, para arrastrarse por el suelo. Seguro que por eso Dios, recién creados, vio su error y condenó a los seres rastreros.


Me acuerdo de un libro de ciencias naturales que mostraba en una ilustración cómo la tenia llegaba a invadir el intestino del escuálido hombrecito dibujado. Entre la fascinación y la repugnancia busqué más información en las enciclopedias de casa, que ofrecían artículos detallados sin imagen. Lombrices y gusanos varios pasaron por delante de mis narices con cierto desagrado aunque no tuve ningún inconveniente en tener cajas de zapatos con gusanos de seda, ponerme babosas en las manos y comerme unos magníficos caracoles de Can Pedro en Génova, Mallorca.

Ah! pero llegaron otros seres unidimensionales que empezaron a invadir nuestros hogares de forma inquietante. Además de enredarse por sistema, trepar por las aristas de la casa y contaminar los fluidos con sus campos magnéticos, los cables resultan muy atractivos para el polvo más pegajoso. En las revistas de decoración brillan por su ausencia y siempre aparecen las tomas de corriente lisas, limpias, esperando a sus machos enchufes.


Y que me decís del malvado tallarín que se resiste en el fondo de la olla a ser devorado y, peor aún, frotado?
Seguramente esta manía hacia los cordones viene de lejos,  y eso que mis patitas son bastante largas y mocosas.


Si tenéis alguna anécdota de tipo filamentoso, echadme un cable!


PS Para matar el gusano, no hace falta comerse unos donetes: mejor bailar la traca siguiente, acompañada del pelmazo del acordeón, ideal para bodas y otros festorros, donde los más atrevidos pierden la última brizna de vergüenza:

6 comentarios:

  1. Estaba por dejar un enlace a un video con larvas asquerosas que viven y se ven bajo la piel, pero desisto. Si se me ocurre algo más simpático como el tallarín y tu post ya lo pondré.

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  2. JL,
    y pensar que los gusanos son imprescindibles para el ciclo vital..
    son larvas bajo piel o gusanos parásitos, puros y duros? bueno, eso de puros y duros..puajj vaya temita se me ha ocurrido, me arrepientoooooo!

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  3. Si kalamar, el dilluns per ser un dia gloriós per segons qui, et va venir un tema decididament repugggggnant.
    Estàs bé?, creus necessari que fem una trucada al 012 per tal de que t'enviïn algú a casa o creus que ho podràs superar tota sola?
    No ens facis patir d'aquesta manera, no et convenen els espectacles de Her PKm després passa el que passa.
    Cuidat

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  4. Ai, Joaquim, sí que se'm nota, oi? bé, haureu deduït que necessito unes bones i relaxades vacances. Gràcies per preocupar-te! T'asseguro que la culpa és dels gremlins i cabretes que m'envolten.

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  5. A mi les texturas gelatinoses en fan una mica d.angunia: el postre de gelatina sempre l,he trobat lamentable (l,associo al postre que ens donaven les families angleses a falta de red millor); allò de menjar callos o manetes de porc, ho trob fastigos. Amb els caracols he evolucionat: abans els menjava, amb molt d,allioli, ara meng l,allioli amb pa. Petons Klamar!!!!

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  6. Hola, Mies,
    a mi m'agrada tot el que menciones però no puc ni amb serps ni cucs. Jo crec que després de menjar a una llar anglesa, el trauma és for ever.

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