Repitiendo la cita de Macbeth –la vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada– Allen nos presenta su cinta anual con los consabidos apuros sentimentales, una de las tramas interesante (la del frustrado escritor), momentos agudos en situaciones trágicas, y muchos tópicos.
Hay algunas escenas que sí me han conseguido conmover, cosa que no me pasaba desde Match Point, pero no deja de ser una más. Esperaba mucho del cast: sólo premiaría a Gemma Jones (Helena) y le daría un suspenso bajo a Banderas (Greg).
Producida por Mediapro, se estrena antes en España que en los EEUU (22sept), con un cartel claro y llamativo, que recuerda a la línea de Milton Glaser, creado por Cardinal Communications. Este diseño gráfico de silueta y color plano se aleja del póster más típico y aburrido de Hollywood : el de las cabezas flotantes de los actores. (Un conocido diseñador de este tipo de composición lo explica en el enlace floating heads) Otros dos carteles se usarán para la premiere americana, y hay que decir que no tienen el mismo gancho:
Créditos en la famosa tipografía Windsor en blanco sobre fondo negro siguen siendo marca de la casa. La música que nos acompaña a pinceladas incluye un tema de Pinocchio, Boccherini, Donizetti (Banderas conquista a la prota porque la lleva a ver Lucia di Lammermoor) y algo de Jazz.
Ideal para los incondicionales de Woody Allen, que ya está grabando la siguiente con Madame Sarkozy, Mon Dieu!