lunes, 5 de marzo de 2012

Aprendiendo de Las Vegas

 


En 1972, los arquitectos Robert Venturi i Scott Brown nos enseñaron en su ensayo Aprendiendo de Las Vegas cómo el populismo estético formaba la ciudad postmoderna y que debíamos ser más receptivos a los gustos del pueblo. Se trataba de recuperar el simbolismo de la arquitectura en contra de los tratados más funcionales y universales del Movimiento Moderno y de la Bauhaus.
Pero finalmente no se crea un nuevo simbolismo, porque en Las Vegas, el edificio rótulo y las naves hiperdecoradas conviven con todo tipo de monumentos (pirámides, torre Eiffel, canales venecianos) fuera de todo valor estético y histórico, en una trama urbana donde desaparece el espacio comunitario y la arquitectura es 100% privada.


Visto que el modelo que nos quieren endosar no da valor arquitectónico y menos urbanístico alguno a la ciudad de Barcelona (o Madrid) toca refutar con argumentos económicos y sociales esta descabellada empresa. La trama urbana redacta un editorial que se resume en pocos puntos:

  1. En el momento de crisis actual cualquier inversión es bienvenida, sobre todo por la construcción de 12 hoteles, 6 casinos y decenas de restaurantes, pero los puestos que después generan estos equipamientos son de baja calificación y encima deben seguir condiciones especiales, a la baja, claro. (Alguno defendía con razón que debíamos optar por una economía del conocimiento, modelo California, en vez de la del ocio, modelo Nevada)
  2. El amo y señor del complejo, el sr Adelson, concentraría la mayoría de la riqueza, pagando encima menos impuestos y por tanto, no hay apenas beneficio para el conjunto de la población.
  3. Se genera gasto social porque el modelo atrae inseguridad, explotación sexual, residuos, etc.
  4. Aunque últimamente los gobernantes proclamaban que se tenía que luchar en contra del turismo de masas, los casinos atraen más aviones lowcost con un tipo de turista estilo Lloret, como pasa en las Vegas.



Al complejo Eurovegas hay que añadir dos proyectos del Fòrum que seducen mucho a nuestros gobernantes pero que ponen la piel de gallina: uno es la macrodiscoteca Amnesia de 8000m2  (aunque la diseñe Jean Nouvel) ocupando de nuevo el espacio común y el otro, la llegada del crucero (fijo?) hotel de lujo que barrará las vistas al mar.
No aprendemos, volvemos al ladrillo, el fiestón, botellón y mogollón.

Hay segunda parte.


4 comentarios:

  1. en vez de fomentar el ocio creo que habria que fomentar mas la cultura al trabajo i la responsabilidad

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    1. ja veus, Joan , que els que manen no estan per la labor. I encara resta per dir els problemes ambientals, que són uns quants.

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  2. Jo diria que no hem après res: ni a CAtalunya, ni a les Illes, i diria que arreu... totes les idees que es tenen per a "reactivar" l'economia són autodestructives de la identitat, del paisatge. Sembla que tot valgui per la pela. És ben trist.

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    1. mai es pensa en les generacions futures, Mies, i si asobre, tot aquest tinglado fracassa com va passar a terra mítica, què?

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