miércoles, 23 de diciembre de 2015

Ecos y sables





Que la saga Star Wars pasara de LucasFilms a la Disney no podía augurar nada bueno. El nuevo episodio, El despertar de la Fuerza, cuenta con una ejecución del arte digital impecable pero cae en una nostalgia agotada y con los nuevos tics emocionales a la moda. Y eso que el guión lo firma el mismo Lucas.

Salvando que la protagonista es una fémina! heroína que lo tiene casi todo, que el soldado afroamericano es bueno y el bravo piloto, un guapo latino, el resto de la trama vive y revive de ecos de los grandes capítulos que fueron el 4 y 5 (las naves, escudos, cantina, paisajes, imperios muy nazis y repúblicas) sin tener el lado oscuro bien representado. Porque el joven mimado (y mal actuado) Kylo Ren de las rabietas y el Líder Supremo, versión cutre potteriana del Innombrable son dos personajes fallidos que nos provoca muchas risas a los fans de la serie.

El BB8, nuevo robot muy presente, un esferito funcional que se hace querer (aunque dé ganas de desconectar cuando se pone triste-contento) por su diseño y agilidad, no compite con los droides clásicos. Pero, ay!, llegan los abuelos, Han y Leia y la cosa se pone muy fea. Suerte que el adorado Solo y Chew se pegan una par de autoparodias muy divertidas. Y Luke, que está muy breve e intenso, remata bien los largos 135 minutos.

Esperemos que los dos siguientes episodios tengan nuevos argumentos y alguna melodía memorable, ya que ni Williams se ha trabajado la música con algún gancho. El Universo Galáctico se lo merece.
Igualmente, hay que ir a verla, queridos starwaries.



4 comentarios:

  1. Poca cosa, en efecto, pero en nuestra poca cosa...

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  2. Me n'adono que quan més va, menys m'interessa la sèrie i més pueril la trobo. L'hauré de deixar pels entusiastes.

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    1. jo encara ho sóc, però serà difícil aguantar amb aquests dolents que ens han posat

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