miércoles, 22 de agosto de 2012

Brava

Mérida es una princesa indomable como su cabellera

Será porque tengo reciente mi visita a la mágica Escocia y el cariño con el que se presentan los estereotipos escoceses que esta entrega de los del flexo me ha cautivado del todo. No cabe duda que Pixar se supera técnicamente verano tras verano: en Brave el lucimiento se lo lleva la elástica cabeza panocha de la princesa, sus tirabuzones sedosos y la dulce carita de muñeca de goma. Y ya no digamos las detallistas texturas de los tejidos: el atornasolado vestido de Mérida, los rústicos tartanes de cuadros, las pieles de oso y los tapices que borda la reina Elinor.
Los personajes de los clanes familiares tienen vástagos que siguen la cadena genética con rasgos más caricaturescos si cabe -problemas de endogamia y malcrianza- han de competir por la mano de la intrépida protagonista. Los planes de la reina se tuercen en cuanto Mérida (de Mary?) busca la magia en pos de su libertad.

los tres jefes, cada clan con su tartán.
lord MacGuffin, el más vikingo
lord Dingwall, aspecto de sabio, le da al puño
lord Macintosh (homenage a Jobs?) a lo Braveheart

La historia se va oscureciendo en una trama que nos lleva a la Escocia más legendaria, llena de sorpresas y escenas hilarantes: qué deleite la cabaña de la vieja artesana, qué lucha tan divertida entre el decoro y el instinto animal de la osa, qué terrorífico el monstruo de Mordu. Todo se teje y se arregla en un final de amor comprensivo entre madre e hija. Algún altibajo se puede apreciar (también ocurre en las otras maravillas de Pixar) como la inclusión de canciones céltico-azucaradas o la ausencia de los paisajes de hierba esponjosa de los Highlands.

unos fuegos fatuos muy calamarescos

Le ponemos el listón muy alto a la casa Pixar. El supuesto contagio de la vecina Disney no ha sido muy agresivo (algún it's not fair! muy yanki) como se lee en muchas críticas y aunque sea un pelo más infantil que sus predecesoras, no deja de ser una historia original dentro del convencionalismo familiar.
Por supuesto que se ha de ver en la versión original, un inglés con los deliciosos dejes del acento escocés, llevados al extremo por el torpe pretendiente MacGuffin.
Visit Merida of Scotland!

divertidos gamberros trillizos que le hacen ascos a los haggis y adoran el shortbread

8 comentarios:

  1. Sí, sí, molt d'acord, però no va acabar d'interessar-me el que explica.

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    1. a mi tot, Allau, és que la imatge té un poder.. que consti que la teva crítica és molt convincent i anava una mica poruga.

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  2. Em van agradar molt, entre altres coses, els accents (el millor el del pare barroerot Billy Connolly). Curiós, però que el corb sigui l’únic (a banda dels ossos) que no té accent escocès sinó americà. Cap explicació esotèrica?

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    1. Lo rat del pedregar,
      veig que està embrancat en projectes molt llibrescos, felicitats!
      pel que fa el corb (l'àguila US en decadència?), és graciós i anecdotari, pensaré en la teva pregunta.

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  3. Em va agradar molt a mi també, és una peli molt diferent a les que ens tenen acostumats, amb aquesta transformació física de la mare que acaba comportant la transformació psicològica de la filla.

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    1. Benvinguda, Marta
      la transformació de la mare és una animalada molt divertida i diria que encara la transforma psícològicament més a ella. No creus?

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  4. Caurà aviat perquè no queda més remei. Ja et diré el què.

    Mentrestant, fes un cop d'ull al bloc d'un company. Ha fet un apunt gairebé dedicat a tu. Ja li he dit que t'hi passaries i que et reconeixeria de seguida: http://miquel-zueras.blogspot.com.es/2012/08/calamares-por-aqui-con-receta.html

    Dóna-li records ;)

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