"Sin dimisión, revolución!", coreaban los
manifestantes contra la corrupción política en las calles del país. Una revolución política es el proceso de cambio estructural de las
formas de gobierno por caminos no previstos institucionalmente. Las
revoluciones surgen de la combinación entre una situación insoportable y el
bloqueo institucional a la expresión mayoritaria de la voluntad popular de
cambio político. (...)
No sólo el primer partido es la abstención, sino que nos gobierna una arrogante entelequia que cuenta con el apoyo de apenas un 13% de los ciudadanos. Y así las cosas, se enroca el presidente, se blinda el PP y se invoca la Constitución que de tanto mentarla para justificar entuertos acabará en la basura de la historia. (...) No es disparatado hablar de la necesidad de una revolución política pacífica.
No sólo el primer partido es la abstención, sino que nos gobierna una arrogante entelequia que cuenta con el apoyo de apenas un 13% de los ciudadanos. Y así las cosas, se enroca el presidente, se blinda el PP y se invoca la Constitución que de tanto mentarla para justificar entuertos acabará en la basura de la historia. (...) No es disparatado hablar de la necesidad de una revolución política pacífica.
El cambio político podría empezar con la convocatoria
inmediata de elecciones mientras administra el país un gabinete técnico de
consenso. (...) La palanca del cambio podría ser una coalición
compuesta por asociaciones cívicas, pequeños partidos
existentes coincidentes, como en Islandia, en un solo punto programático:
elaborar una nueva Constitución que reforme el sistema político, incluyendo una
ley electoral, control de la financiación y medidas concretas contra la
corrupción previa investigación y sanción de las irregularidades cometidas. El
mecanismo de reforma de la Constitución debería ser ampliamente participativo. (...) Se trata de conseguir una movilización mucho mayor de la ciudadanía.
Borrón y cuenta nueva. Ninguno de los que están debería volver a estar. Ninguno de ellos debería participar jamás en decisiones que afectan a la colectividad, de hecho no podrían participar porque deberían estar en la cárcel.
ResponderEliminarSalud
Sería muy saludable hacer un reset urgente pero estamos muy parados. Hasta pronto, Francesc.
EliminarNo puc estar més d'acord!
ResponderEliminarEnric, falta que ens impliquem i la gent té por.
EliminarI pensar que la Revoluciò Francesa va començar per una pujada del preu del pà... Quines "tragaderes" te ara la gent. Potser no estaria malament un Consell de savis com el d´Atenes. En tot cas la Constituciò del 78 està més obsoleta que els mamuts.
ResponderEliminarAh! Molt bona l´il.lustració de Hilliers del teu post anterior. Salut. Borgo.
Si, un gabinet de savis fora de qualsevol òrbita de cap partit al poder. Qui té "agallas" per formar-lo? Al Castells li falta, a més, afegir clarament al procés la possiblitat de decidir si volem una república.
EliminarMés que salut, Borgo!
"mientras administra el país un gabinete técnico de consenso" Qué peligro...
ResponderEliminarEs imposible no estar de acuerdo, pero lo más temible de esta situación es que lo "nuevo" acabe siendo aquello tan viejo que se llama dictadura. Tener miedo a las revoluciones no es ninguna insensatez, especialmente con pueblos como el nuestro, que no es precisamente Islandia
No damos la talla, JL, por eso Castells peca de optimista-iluso. Pero esto no puede continuar. Algo se ha de poder hacer..
EliminarFa temps que penso que ha d'haver un canvi important, no només a nivell polític, també en la forma de viure. Hauríem de simplificar moltes coses, potser si tenim més temps per pensar...
ResponderEliminarEns llegim!
Antònia
Benvinguda, Antònia
EliminarTot està lligat, penso com tú, nosaltres no podem culpar de tot als de dalt, també estem força podrits, però ells han de ser els primers i donar l'exemple, com els pares als fills. Ens llegim.