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foto: Sharon Beals |
El macho suele suministrar la materia prima y la hembra es la que va dando una preciosa forma al nido para luego incubar unas pocas semanas y criar a sus polluelos durante un mes más. Deben elegir una emplazamiento de difícil acceso y los más camuflado posible. Papá ayuda un poquito trayendo larvas y limpiando el fondo del nido, que se llena de bolsas fecales.
Tanto trabajo puede aprovecharse para una segunda crianza cuando los pajaruelos son jóvenes y más independientes.
Los humanos han buscado refugio en cuevas y más tarde empezaron a montar chozas copiando a las aves. Gracias al amigo Cierzo, descubrimos que la técnica del enramado la utiliza el escultor P Dougherty para hacer instalaciones tan ecológicas y bellas como éstas:
En arte, nunca está todo dicho. Aparecen de nuevo propuestas desde la observación de la naturaleza y del primitivismo. Incluso vemos una imagen moderna que nace de la denostada artesanía. No toda la producción de PD me parece brillante ya que tiene cestos en forma de figura humana o jarrones poco afortunados, pero cuando se vuelve más abstracto se leen mejor las líneas constructivas de unas superficies llenas de energía.
Para representar el Nibelheim me imaginé unos altos hornos donde se funde el oro, se le da formas y cuida con sumo cuidado. De ahí este nido recogido cerca del calor y vigilado por los enanos, que pronto serán visitados por Wotan y el dios del fuego, Loge, a través de la columna de humo. Es un pequeño collage (jul 2010) para el metálico intermedio orquestal de Wagner en el Oro del Rhin.