De este pais lluvioso, de paisaje esponjoso, verde y volcánico, he descubierto que, a pesar de una historia sangrienta y convulsa, tienen muchos inventores, y buenos escritores y artistas. La arquitectura de Edimburgo es austera y elegante, como en la New City, y la contemporánea, muy digna, a pesar de los reproches del prince Charles. Destaca el parlamento de Miralles, que hizo un buen ejercicio de integración delante de Holyrood Palace, fragmentando el edificio y usando, con capricho, materiales de excelente calidad.
Para meterse en la piel de los escoceses, nada mejor que leer a sus autores más aplaudidos, Ian Rankin (crime novel) y Iain Banks (fiction and crime).
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