Domingo 17, en el Coliseo de Bcn, lleno a rebosar. Espectáculo de gran flamenco que tuvo sus momentos más intensos en los bailes del torero y el soldado. Carmen está a la altura de los compañeros pero debería brillar más. Algunas figuras suyas eran repetitivas. También se pierde el hilo de la historia en algún cuadro. La megafonía era ensordecedora y sobraba la pantalla de video con unas imágenes muy pobres. Precioso el vestuario, muy adecuado en la sobriedad de la escena.
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