Un post de celebración del bicentenario de lo más corriente. A falta de tiempo, ir al grano y proponer un trío con mis tenores favoritos (no son como los de antaño) y la griega. Verdi se merece mucho más: no hay óperas completas en la temporada de nuestro Liceo, las conferencias escasean en los programas culturales de la ciudad de Barcelona y ya no digamos en la televisión. Contamos con la inestimable ayuda de IFL, con un apunte que da mucho de sí y abre un interesante debate sobre el estado de la lírica actual.
Alex Ross le dedica un capítulo muy recomendable a la figura del compositor en su Listen to this, y lo resume así:
The greatness of Verdi is a simple
thing. Solitary by nature, he found a way of speaking to limitless
crowds, and his method was to sink himself completely into his characters. He
never composed music for music’s sake; every phrase helps to tell a story.
The most astounding scenes in his work are those in which all the voices
come together in a visceral mass— like a human wave that could carry
anything before it. The voices at the end of Simon Boccanegra, crying out in grief; the voices at the end of Un ballo, overcome by the spiritual
magnificence of a dying man; and, of course, the voices of “Va pensiero,”
remembering, in a unison line, the destruction of Jerusalem. In the modern world,
we seldom find ourselves in the grip of a single emotion, and this is
what Verdi restores to us— the sense of belonging. Ross da en la diana, callo y escuchemos magistrales arias verdianas, tan emocionantes como próximas:
Felicidades, Maestro, 200 años y todavía nos sigue enseñando.
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Espero escuchar Rachele Stanisci el próximo día 19. No sé que tal.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
a mi me toca domingo, no espero nada especial, triste el año verdi barcelonés
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